De sobre mesa, a solas, leo a vallejo
En el pan huroneado por las hormigas
diminutivamente negrean
sus eficaces sombras
Un mordisco de nada y ya no está
desmantelado en el mantel
tu granito de azucar
Las cilenciosas ciegas van disciplinando
menudamente
la continua erosión del mundo
Como ellas
hemos perdido el habla
y es bajo cuerda
el acabose
Siempre heráclito
El viento pasa y al pasar se desdice
Se lleva el tiempo y desdibuja el mundo
Somos la piedra a la mitad del torrente:
siempre igual y distinta a cada segundo
pulida por las insaciables aguas del cambio
Las manos
Viéndolo bien
son monstruosas las manos
con su extraño pulgar
rencoroso
servidor de los otros cuatro
Pobre bufón que ignora su pasado
gracias a él ( o por culpa suya)
hemos hecho la historia
Urbana, Illinois
El muñeco de nieve en el jardín se deshace
cuando la tierra emerge del invierno
En un jardín más basto
somos todos
figuras contrahechas
esperando
nuestra disolución
Parque España
El surtidor invade una columna del aire
pero la tierra llama.................
y el agua
vuelve a su semejanza
Otro poco
de la fuente alza el vuelo...........
Babel erguida en su imposible cohesión
de nuevo torre...........................................
que a su gran pesadumbre se rinde
José Emilio Pacheco
D.F. México 1939
Sus libros de poesía: Elementos de la noche, 1963; El reposo del fuego, 1966; No me pregunten cómo paso el tiempo, Premio Nacional de Poesía, México 1969.