Anacreóntica
Estrecha, Amor, los nudos
del apasible lazo
con que estos corazones
están aprisionados.
Estréchalos, de modo
que ni el terrible brazo
de la impiadosa muerte
consiga desatarlos.
Hace tiempo que, unidos
con indecible encanto,
bendicen la fortuna
de verse cautivados.
Ni males, ni peligros,
ni angustias, ni trabajos,
ni la fortuna adversa
ha podido apartarlos.
Estrecha, pues, estrecha,
dulce Amor, estos lazos,
de suerte que tú mismo
no puedas desatarlos.
Lamentación de pbén
(Fragmento)
¡Oh bosquecillos de frondosos mayos,
románticos doquiera y hechiceros!
Sombras amables del jardín silvestre
y de los altos robles corpulentos,
do el payanés, a quien le dio natura
un dulce corazón, sensible y tierno,
iba a gemir de humanidad los males,
o a pasear sus queridos pensamientos.
Do iba a recordar algún Aminta
la hermosa imágen de su dulce sueño,
o a sentir, anegado en triste llanto,
el terrible rigor de sus desprecios.
¡Do tantas veces en su dulce lira
como Valdés sus expresivos versos,
o el sabio Caldas, con pensar profundo,
en pos de Urania se subía a los cielos!