Todo nos llega tarde
Todo nos llega tarde, hasta la muerte.
Nunca se satisface ni se alcanza
la dulce posesión de una esperanza
cuando el deseo acosamos más fuerte.
Si como pira sin cesar chispea;
Si es menos rudo el ruido que se expande
En las entrañas hórridas del Andes,
Que el ruido que entre el craneo hace la idea;
Si da luz y calor como una tea
Si como espada el pensamiento blande,
Y es el asilo oculto de lo grande:
Del alma es justo que el asilo sea.
Resurecciones
Algo se muere en mí todos los días;
la hora que se aleja me arrebata
del tiempo en la insonora catarata,
salud, amor, ensueños y alegrías.
Julio Flórez
Chiquinquirá
1867-1923 Usiacurí, Atlántico